domingo, 10 de septiembre de 2017

destellos de septiembre en un banana bread con ciruelas y miel




“Solo en el campo abierto se respira a placer el espíritu, y como el espíritu irás donde quieras y ya no habrá nada más: recorrerás los mares, la tierra abrasada por el sol, saldrás al mundo: es decir, te volverás piadoso porque la tarea del espíritu es errar, recorrer los campos. Si todos lo hicieran se llenarían los pulmones de espíritu, puesto que el espíritu ha revestido la tierra con un único ropaje
                                                                            Andréi Biely,  La paloma de plata


Cuando comienza el verano uno piensa que hay mucho tiempo por delante, las vacaciones, viajes, encuentros, reencuentros ...
luego llega septiembre demasiado pronto, despedidas, la luz del día disminuyendo,  tal vez hay nuevos proyectos, otras inquietudes, ilusiones , incertidumbres...el nuevo curso que inicia, es así año tras año...

... de vuelta a casa se encuentra el jardín bastante desolado, las flores mustias y hay que darle un nuevo color a la vida, recomenzar con esfuerzo... Las tormentas son el signo del final de verano. Los cielos rotos tienen una belleza única aunque siempre son temibles y no digamos donde se desatan los ciclones más feroces como en el Caribe...
Venecia justo antes de estallar la tormenta
desde mi móvil


Recuerdos  de los días pasados hay muchos, visitas, conversaciones, largos paseos, mar y bosque, historias escuchadas y otras leídas...todo queda ahí dentro, en la memoria de cada verano.

Iniciar septiembre con frutas de la temporada resulta estupendo en un dulce bizcocho,  "banana bread", que os propongo y recomiendo. La receta la copié de la revista "Ci piace cucinare" pero en vez de higos que no tenía puse ciruelas azules . Su sabor evoca en mi imaginación el dulce que Caperucita llevaba en el cesto a su abuelita, es delicioso.
Y yo lo dedico a todas las abuelas en especial a mi madre y a Nonna Rosetta que según pasan los años se vuelven cada vez más niñas.

BANANA BREAD con ciruelas y miel

Ingredientes para 6 personas:
Bananas maduras-2
Ciruelas ( o higos) 150 gr.
Harina 250 gr. + 1 sobre de levadura
Azúcar de caña -75 gr.
Miel de flores-2 cucharadas
Mantequilla -120 gr
Huevos 2
Jugo de un limón
Extracto de vainilla- 1 cucharilla
Para la decoración: 100 gr. de queso de untar tipo philadelphia/ 3 cucharadas de miel
150 gr de ciruelas /50gr. de arándanos (o uva negra) 

Lo primero que hacemos es aplastar con un tenedor los dos plátanos bien maduros y añadimos al puré obtenido el jugo del limón y el aroma de vainilla. En un bol unimos la mantequilla reblandecida con el azúcar y la miel. Batimos bien hasta obtener una crema. Añadimos los huevos uno a uno mezclando con las varillas, la harina tamizada con la levadura y el puré de banana. Cortamos las ciruelas en trocitos una vez peladas. Las enharinamos ligeramente para que no se vayan al fondo del recipiente. Las unimos a la masa anterior delicadamente.

Vertemos la mezcla en un molde de plumcake engrasado y enharinado. Cocemos a 180°C en  el horno precalentado durante unos 40 minutos con las dos resistencias. Queda bien doradito y alto. 
Aconsejo hacerlo el día anterior y poco antes de servir se prepara el frosting o crema de cobertura. Para ello batimos el queso cremoso con la miel y  con este frosting cubrimos la superficie superior del bizcocho ya frío. 

Después decoramos al gusto con trozos de ciruelas (o higos) y un buen puñado de arándanos frescos (o uva negra si no tienes) que le dan un toque crujiente muy agradable y el color de las nubes azul oscuro de la tormenta.


 Y con esta receta os deseo un plácido mes de septiembre