martes, 19 de julio de 2011

Las Filloas de Mamá Delfina




puesta de sol en la playa de las pipas (Revoredo)
foto tomada por Luc con su móvil

     Los veranos en Galicia cuando nos juntamos todos los hermanos con nuestras respectivas familias y nuestra madre materna me traen los recuerdos de la infancia. Los aromas del bosque de pinos y eucaliptos y las fragancias de las plantas de anís silvestre se mezclan en el aire al olor de mar y berberecho, despertando los sentidos, el buen humor y la memoria de los años felices y despreocupados. También los colores juegan su parte. Las gamas de azules y celestes del océano se armonizan con los verdes rutilantes de la vegetación hasta que la bruma marina los envuelve y difumina. A menudo, el sol puja por salir entre las nubes rebosantes de agua que descargan su peso y todo se torna gris. Pero al final el astro rey vence y se impone, dejando la exuberante vegetación exhibiendo su manto más intenso y brillante. 
     La puesta del sol en la playa de Las Pipas en Revoredo es magnífica. El sol desciende por el horizonte y se apoya como un huevo frito sobre la bandeja de agua, tiñendo el crepúsculo de tonos anaranjados, rojizos y violetas. A nuestras espaldas queda el monte...

     En estos recuerdos de mi tierra natal no puede faltar una receta facilísima y muy sabrosa que es la de las filloas como me enseñó mi mamá Delfina, una gallega DOC. Yo le voy a dar un toque personal rellenándolas con dulce de leche argentino. Salen perfectas, aunque reconozco que las de mi madre son insuperables, una auténtica obra de arte con puntillita y todo.



Filloas de mamá

Ingredientes para cuatro personas:
una taza grande de harina
dos tazas grandes de leche
un huevo
una cucharadita de levadura en polvo
una cucharadita de sal
cuatro cucharadas de azúcar
opcional: para el relleno un poco de dulce de leche (yo usé dulce de leche Capitán Gaucho)




Preparación
Batir todos los ingredientes en la batidora hasta formar una masa bastante líquida. A continuación untar una sartén antiadherente con un poquito de mantequilla (o tocino) y cuando esté caliente verter un cucharón de la masa en la sartén de modo que cubra  sólo el fondo sutilmente. Cuando cuaja se le da la vuelta con una paleta de madera y después de unos segundos cuando se dora un poco, se saca para un plato. Entonces se pueden rellenar, como yo he hecho, con una cucharada de dulce de leche, o como hace mi madre espolvoreándolas bien de azúcar por arriba. En cualquier caso quedan riquísimas y se las devoran los comensales en un plis plas.

 Aquí en la foto se ven la últimas. Lástima que no dispongo de una buena cámara, es sólo la del móvil



Foto de las filloas tomadas por Luc con su móvil

2 comentarios:

  1. El manjarblanco, como llamamos en el Perú al dulce de leche, es mi perdición. ¡Me lo como puro!

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  2. Gracias Gabriela porque me has dado una información que no conocía. Estoy segura de haber leído algún libro de autor latinoamericano que mencionaba el manjarblanco, y que yo interpreté equivocadamente como flan o algo así.
    A mí también me priva el manjarblanco y a mi hijo pequeño le gusta tanto que se lo come a cucharadas. Sólo que los tarros de dulce de leche los compro cuando voy a España, pues aquí en Italia es difícil encontrarlos.

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